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02 octubre 2006

¿AYUDAR?

La conciliación de la vida laboral nos ha puesto, a las mujeres, muchas trampas.
Los que defienden este tipo de leyes las suponen aceptables porque nos ayudan a compaginar actividades y los que están en contra opinan que no son necesarias tantas leyes porque dicen que el entorno, la sociedad y la pareja deben ayudar y así el problema estaría solucionado.
En ambos casos el planteamiento principal (a mi juicio) es erróneo. A la mujer se le exige y se le asegura que es imprescindible que trabaje una media de 13 horas al día, entre fuera y dentro de casa, se le hace también responsable de los niños. Y para resolver el problema se utiliza por un lado, el término ayudar, el cual implica que la obligación es femenina y el resto (entorno, pareja, sociedad…) se limitan a colaborar. O se desarrollan leyes de conciliación difíciles de solicitar (al menos de momento) en la empresa privada.

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