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20 noviembre 2008

Crónica de una ruptura no anunciada....

Supongo que hay un momento en la vida de todos en el que el día a dia cobra sensaciones oníricas, momentos en los que los que no está claro si los acontecimientos forman parte de nuestra propia vida, de una película, de un mal sueño...

ROMPER tremenda palabra, suelo decirle a mi hijo "no me gusta que se rompan las cosas, hay que ser cuidadosos, yo me pongo muy triste, cuesta mucho trabajo rodearse de cosas que merezcan la pena como para romperlas o estropearlas..."

Realmente lo mío con los rotos es de psicoanálisis me pone muy nerviosa que se me rompa una pulsera, un vaso, el reloj a pesar de no tener practicamente supersticiones se con seguridad que cuando me rompe algo me ocurren dos cosas: una que me entristezco por la perdida material y dos, que ese roto es el anuncio de otro disgusto mayor -creo que esta superstición me acompaña desde siempre-

¿Y que pasa cuando lo que se rompe es una relación? -y como decía aquel-...a mas, a mas, si no era una ruptura anunciada?

Pues lo primero incredulidad, desconcierto y negación. Despues dolor físico: es alucinante como se te seca la boca, una presión se instala en la cabeza, un nudo en la garganta impide que mastiques la comida, nauseas, temblores...Mis dolencias terminaron con un espasmo en el ojo izquierdo que iba y venía con cierta frecuencia despues de esto un piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii y mucho eco en las voces de la gente.

Superada la parte física toca superar la parte emocional y aquí la cosa se complica. Los días se convierten en una montaña rusa de sentimientos: arriba, abajo, arriba, abajo...Estas mas alerta, se agudizan los sentidos, sobre todo el oido, la vista y el tacto:

El sentido de la vista: 17 de noviembre descubro el otoño en todo su esplendor, como los árboles se quedan si hojas, las aceras se inundadan de todas ellas...Paseo por una avenida y no dejo de ver familias o parejas congeladas como si se tratara de una postal, estoy convencida que ese momento forma parte de la secuencia de una película, no es mi vida, esto no es real...El otoño, estación perfecta para zambullirte en la melancolía de lo que un día fue tu vida y ya nunca volverá a ser.

El oído es otro de los sentidos que aparece de repente, tu vida tiene una banda sonora particular que te ofrece mensajes sobre tu estado de ánimo, la historia que viviste, sobre aquello que te ocurrio, el porqué o porque no, lo que pasará a partir de ahora...En el coche, mientras desayunas, mientras trabajas incluso a pie de calle siempre hay un coche con la música excesivamente alta dispuesto a explicarte tu situación...

El sentido del tacto o mas bien el contacto tambien cobra fuerza, un abrazo en aquellos primeros momentos de dolor físico por parte de un amigo o un familiar se graba a fuego en la piel....

¿y a partir de aquí? Dudas sobre si lo que viviste un día fue real, ira, miedo, sentido de la responsabilidad materna, fortaleza, odio, convencimiento de que pasará, sensación de desintoxicación...
"Hola me llamo Zoe y llevo tres semanas limpia"

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